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Capacitar a los pacificadores del mañana

Mariam Chanishvili, Especialista en Comunicación de CARE Cáucaso

Construir un mundo más pacífico y comprensivo no es sólo una bonita idea. Como han demostrado los recientes acontecimientos en Ucrania, es uno de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta la humanidad.

En la región del Cáucaso Meridional -otra frágil zona fronteriza de Europa Oriental que formó parte de la antigua Unión Soviética- el World Needs Challenge está preparando a los jóvenes para que desempeñen un papel en la construcción de un futuro más pacífico. Esta región incluye los países de Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Aquí, las tensiones étnicas y los retos socioeconómicos han impedido la estabilidad y la paz permanentes en la región. Las tensiones han empeorado recientemente y es muy necesario invertir en la consolidación de la paz.

Students Rebuild colabora con CARE, la organización humanitaria internacional, para capacitar a los jóvenes del Cáucaso Meridional a reconocer las actitudes negativas y los prejuicios que han existido entre los grupos étnicos y contribuyen a la fragilidad de la región.

A través del proyecto Youth Act for Future, CARE trabaja con jóvenes de toda Georgia para desafiar prejuicios arraigados y viejas hostilidades que han lastrado a generaciones pasadas. En el pueblo de Samshvilde, un lugar mezclado con minorías étnicas de Armenia y Azerbaiyán, existe una gran división entre los grupos étnicos debido a las barreras lingüísticas, las prácticas culturales, los roles tradicionales de género, la pobreza y los conflictos del pasado. Es una región pobre con pocas oportunidades y lugares para que los jóvenes interactúen. Aquí, el terreno es fértil para trabajar con los jóvenes.

Miriam, una madre que asistió a una sesión informativa, dijo que este proyecto es muy necesario en su pueblo. "Aquí nunca pasa nada. Aquí no hay vida. Nuestros hijos no tienen oportunidades. CARE es la primera organización que ha venido a trabajar con los jóvenes de nuestro pueblo", afirma.

Nino, participante en una sesión informativa de CARE en Ganmukhuri, se refirió a la falta de oportunidades recreativas: "No pasa nada. No hay espacio para reunirse, ver películas, charlar o simplemente divertirse".

Nazi Burduladze, director del proyecto CARE, recuerda: "Recuerdo bien la primera reunión. Los jóvenes nos escuchaban pero no hablaban. Eran reservados, tímidos e incluso les daba vergüenza comer durante las pausas para comer y tomar café. La comunicación era unilateral, pero teníamos buen contacto visual".

Desde la primera reunión, dice Nazi, los jóvenes han cambiado radicalmente en su capacidad de comunicarse y compartir abiertamente.

Los adolescentes como Nino tienen ahora un lugar donde reunirse con otros adolescentes y socializar, jugar, cantar, bailar y divertirse. Pueden compartir ideas y experiencias, aprender unos de otros y participar en cursos de formación que abordan los estereotipos negativos, enseñan a comunicarse y aumentan su confianza en sí mismos y su capacidad de liderazgo. Gracias a las formaciones, los jóvenes empiezan a hablar de los problemas relacionados con los conflictos, cuestiones de las que no se habla en su sociedad. También se implican más en sus comunidades.

Nino espera organizar un torneo de voleibol con jóvenes de otras partes del país, como forma de fomentar la comprensión y la tolerancia. "Al reunir a personas diferentes para jugar en equipo, podremos practicar la equidad, la disciplina y el respeto mutuo. La gente tiende a olvidarse de quién está de parte de quién cuando se trata de practicar deporte", afirma Nino.

De este modo, jóvenes como Nino se transforman en los líderes del mañana, los que abogarán por la paz.